Acciones preventivas integradas de salud en estudiantes universitarios del sureste de México.

Health preventive actions in university students from southeastern of Mexico.

 

Autor: 1. Dra. María de Lourdes Rojas Armadillo 1, 2. Mtra. Laura Hernández Chávez 1,  3. Mtro. Gabriel Ángel Montero Lara 1, 4. Dra. Nissa Yaing Torres Soto 1, 5. Lic. Gabriela Alejandrina Suárez Lara 1, 6. Dr. Edgar Fernando Peña Torres 1

1. Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo.

Correspondencia:  Dr. Edgar Fernando Peña Torres Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

RESUMEN

El presente estudio analizó las acciones preventivas integradas de salud en estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo, México con base en la Cartilla Nacional de Salud del adolescente de 10 a 19 años. A través de un estudio descriptivo, observacional y transversal, con un muestreo no probabilístico se encuestaron a 771 estudiantes universitarios con un promedio de edad de 19 años, de los cuales, 62.5% mujeres y 37.4% eran hombres pertenecientes a cuatro unidades académicas (Chetumal, Cozumel, Cancún y Playa del Carmen). Se aplicó un cuestionario de datos personales y como método de valoración, se analizaron las acciones preventivas integradas en la Cartilla Nacional de Salud. Se encontró que las unidades académicas de Chetumal y Cozumel mantienen buenas prácticas preventivas de salud, en comparación con los estudiantes de Cancún y Playa del Carmen; a pesar de la alta incidencia de sobrepeso y obesidad en los estudiantes. La comparación por sexo arrojó que las mujeres presentan mayor apego a las acciones preventivas integradas respecto a los hombres. Es importante fortalecer la Atención Primaria de la Salud a partir de la promoción y prevención de la atención en salud que contribuyan a evitar factores de riesgo en la población estudiantil. La Cartilla Nacional de Salud constituye una herramienta de valoración con enfoque preventivo para la elaboración de diagnósticos de salud.

Palabras clave: Cartilla Nacional de Salud, Atención Primaria de la Salud, Estudiantes Universitarios.

 

ABSTRACT

The present study analyzed the integrated preventive health actions in students from Autonomous University of the State of Quintana Roo in Mexico according on the National Health Card for adolescents ranged from 10 to 19 years. A total of 771 university students with an average age of 19 years were surveyed, with 62.5% women and 37.4% men of four academic units (Chetumal, Cozumel, Cancun and Playa del Carmen). Sociodemographic and questionnaire preventive actions included in the National Health Card were analyzed. The results showed that Chetumal and Cozumel campus maintain good preventive health practices, compared to the students of Cancun and Playa del Carmen, despite of high prevalence of overweight and obesity. Additionally, the comparison by sex showed that women are more attached to integrated preventive actions than men. It is concluded that it is important to strengthen Primary Health Care from the promotion and prevention of health care that contribute to avoiding risk factors in the students. The National Health Card constitutes an assessment tool with a preventive approach for the elaboration of health diagnoses.

KEYWORDS:  National Health Card; primary health care; students.

INTRODUCCIÓN

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define el estilo de vida como una forma de vida que se basa en patrones de comportamiento identificables, determinados por la interacción entre las características personales individuales, las interacciones sociales y las condiciones de vida socioeconómicas y ambientales (1). Asimismo, el estilo de vida saludable es un proceso social que involucra una serie de tradiciones, hábitos y conductas de los individuos y grupos, que conllevan a la satisfacción de necesidades humanas para alcanzar el bienestar y una vida más satisfactoria (2).

Cuando se habla de estilo de vida, se refiere a comportamientos que los seres humanos adoptan o desarrollan de manera libre, y que se pueden modificar, bien sea para evitarlos o para reforzarlos; en el caso particular del estilo de vida, dichos comportamientos tienen efectos positivos o nocivos sobre la salud. Uno de los desafíos propuestos por la Organización Mundial de la Salud de cara a disminuir la carga de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) es lograr un estilo de vida saludable (Şahin y İlgün, 2022). Con la promoción de conductas generadoras de salud y la modificación de factores de riesgo, se espera tener impacto en la reducción de muertes prematuras por enfermedades no transmisibles para 2030, esto implica la coherencia normativa y la cohesión de los diferentes sectores relacionados, incluido el educativo (4).

En este sentido, una población que se considera vulnerable son los estudiantes universitarios, ya que durante su trayectoria académica se pueden encontrar bajo condiciones que cambian su estilo de vida (5), como los  son los desórdenes en los hábitos de alimentación, de los cuales destaca el poco tiempo para comer, ingesta de comida con alto contenido calórico y una importante disminución de actividad física, aunado a esta condición, el incremento de consumo del alcohol y tabaco, lo cual llevan al deterioro de su salud o a estilos de vida poco saludables, agregándose factores de riesgo para la generación enfermedades cardiovasculares (6,7). El concepto de salud acentúa los recursos sociales y personales, así como las aptitudes físicas y el entorno ambiental; por consiguiente, dado que el concepto de salud como bienestar trasciende la idea de formas de vida sanas, la promoción de la salud no concierne exclusivamente al sector sanitario (8). Por lo anterior, es importante detectar condicionantes de riesgo para patologías antes de que se presenten los signos y síntomas, para que esto pueda lograse, y es necesario conocer con que acciones preventivas cuentan los alumnos universitarios.

En los estilos de vida saludables se incluyen los principales requerimientos que una persona debe modificar para prevenir alguna enfermedad y sus complicaciones; por lo que resulta importante incidir en los universitarios desde la Atención Primaria de la Salud (APS) planificada en la promoción de hábitos saludables y la implementación de actividades que contribuyan a mantener una buena salud (9).

La APS ha sido uno de los elementos con mayor prioridad para la prevención de enfermedades, pero para ello es necesario asumir una perspectiva interdisciplinaria que permita la colaboración para mejorar la salud pública, como se mencionó en la Conferencia de Alma Ata: la asistencia esencial, basada en métodos y tecnologías prácticos, científicamente fundados y socialmente aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y familias de la comunidad mediante su plena participación, y a un costo que la comunidad y el país puedan soportar, en todas y cada una de las etapas de su desarrollo, con espíritu de autorresponsabilidad y autodeterminación (10). Por lo que una estrategia para un seguimiento y control es a través de la Cartilla Nacional de Salud; la cual fue una propuesta que cambió radicalmente el Sistema de salud, el concepto rector de la cartilla surgió en la Dirección General de Epidemiología y Campañas Sanitarias, como un documento único y de vigencia permanente.

Una de las herramientas que el personal de salud utiliza para la captación de los datos es la Cartilla Nacional de Salud (CNS) que se instituyó en la República Mexicana por Decreto Presidencial, publicado en el Diario Oficial de la Federación, el día 20 de octubre de 1978. Su propósito original fue apoyar al Sistema Nacional de Salud en el registro de las acciones de vacunación a menores de cinco años, pero en la actualidad se utiliza hasta la tercera edad de la vida, ya que es una herramienta que es utilizada para conocer la medidas de prevención a la salud que se han ofertado al individuo y lo más importante, las vacunas (11).

Esta herramienta está dividida en componentes y posee un enfoque preventivo, lo que permite realizar una evaluación enfocada en la prevención integral, a través de cinco categorías: Promoción de la salud; Vigilancia de la nutrición; Prevención, detección y control de enfermedades; Riesgos específicos de protección, y Salud sexual y reproductiva. Cada dimensión presenta parámetros de valoración según edad y grupo etario, y se maneja a través de una serie de pasos secuenciales, organizados y sistemáticos (12)

Es importante señalar que la revisión de salud del grupo etario correspondiente se realiza a través de las consultas de API y las acciones se llevan a cabo de manera organizada y sistemática de acuerdo con la CNS. Este último es un elemento crucial y bastante útil, ya que permite el registro preciso y regulatorio de todas las actividades de promoción, prevención y control de las enfermedades. La CNS es una herramienta fundamental para la valoración integral de los pacientes y contiene los componentes necesarios para realizar una valoración global y establecer un plan de cuidados acorde a los resultados (12)

La Organización Mundial de la Salud propone un proyecto denominado “Ciudades Saludables” y de tal propuesta surge el proyecto de “Universidades Saludables”, el cual reconoce a las Instituciones de Educación Superior como escenarios privilegiados para fomentar cambios de estilo de vida en beneficio a la salud (13).

La Red Iberoamericana de Universidades Promotoras de Salud (RIUPS), fue oficialmente organizada el 6 de octubre del 2007, en Ciudad Juárez, México. La Secretaría Técnica de la RIUPS para los países de América se encuentra ubicada en el Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la Universidad de Puerto Rico. En el año 2017, la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo entró a formar parte de la RIUPS, con el compromiso de fomentar una cultura organizacional orientada por los valores y principios asociados al movimiento global de la Promoción de la Salud (14)

De esta forma, la universidades actúan como entornos de socialización y educación formal, y deben tener el potencial de ser promotoras de bienestar y creadoras de salud, ya que constituye un espacio donde los estudiantes crecen y se desarrollan personal y profesionalmente durante sus actividades diarias, tanto en estudio como en ocio (15).

 

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Durante la carrera universitaria, los estudiantes pasan de la adolescencia a la edad adulta, comenzando por adquirir, desarrollar y solidificar sus estilos de vida. Los requisitos para algunas divisiones, como las de ciencias de la salud, genera cambios en la vida de los estudiantes que pueden ser tanto positivos como negativos. Uno de esos cambios son los hábitos alimenticios, que enfatizan la falta de tiempo para comer o saltarse las comidas, el alto consumo de comida rápida y una disminución significativa de la actividad física, a esta condición se suma el aumento del consumo de alcohol que se agregan a los factores de riesgo para la salud (16).

Las Instituciones de Educación Superior concentran un gran número de adultos jóvenes, etapa del desarrollo vital que se caracteriza por un estilo de vida más libre y proclive a mantener relaciones sexuales de riesgo, consumir sustancias psicoactivas legales e ilegales y evitar el uso de métodos anticonceptivos (17).

OBJETIVO 

Por lo anterior, el presente estudio se centra en analizar las acciones preventivas integradas de salud de acuerdo con la Cartilla Nacional de Salud, con las que cuentan los estudiantes universitarios de cuatro unidades académicas de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo, con el fin desarrollar intervenciones tempranas, adecuadas y capaces de establecer estilos de vida saludables en la población estudiantil del Noroeste de México.

 MATERIAL Y MÉTODOS

Se realizó un estudio descriptivo, observacional y transversal en las unidades académicas de Chetumal, Cozumel, Playa del Carmen y Cancún de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo en México. Se encuestaron a un total de 771 estudiantes inscritos y activos bajo un muestreo no probabilístico. El tamaño de muestra se calculó con un poder estadístico del 80%, Intervalo de Confianza del 95%, y 0.05 de error, calculándose un mínimo de 468 estudiantes.

Al total de la muestra se le evaluó el Índice de Masa Corporal (IMC) a través del peso y talla mediante un estadímetro de pared marca SECA (MR) y una báscula de bioimpedancia eléctrica marca Tanita (MR), considerando las técnicas que establece el Instituto Nacional de Salud Pública (18). Como patrón de referencia de las mediciones del IMC se utilizaron los criterios diagnósticos de la Organización Mundial de la Salud y para generar el diagnóstico de peso bajo, normal, sobrepeso y obesidad (19).

Para la recolección de datos de las acciones preventivas se solicitó al estudiante la Cartilla Nacional de Salud para identificar las acciones preventivas realizadas y asignadas de acuerdo a su edad y sección correspondiente (11), en la cual se evaluó el esquema de vacunas: Vacunas Hepatitis B, Sarampión y Rubeola, Tétanos y Difteria e Influenza, además se registró la acción realizada de salud bucal, métodos de planificación familiar/anticonceptivos, consejería de accidentes, adicciones y de actividad física. Todos los procedimientos del estudio se llevaron a cabo de acuerdo con las normas éticas de los comités nacionales e internacionales pertinentes de experimentación humana y encuestas conforme a la Declaración de Helsinki (20).

Con apoyo del programa estadístico SPSS versión 26, se calcularon frecuencias y porcentajes para las variables sociodemográficas y se realizó un análisis de Chi-cuadrada a un nivel de 95% de confianza para determinar una asociación entre las unidades académicas y las variables de índice de masa corporal, vacunación y prácticas de salud. También se realizaron comparaciones por sexo de las acciones preventivas integradas de salud que se conforman por el esquema de vacunación y las prácticas de salud.

RESULTADOS

La Tabla 1, muestra las características sociodemográficas de los participantes del estudio, se evaluó a un total de los 771 alumnos de 4 unidades académicas (Chetumal, Cozumel, Playa del Carmen y Cancún), donde 62.5% fueron mujeres y 37.4% hombres, además el estado de nutrición de acuerdo con el IMC con mayor frecuencia fue el normal (48.6%) seguido del sobrepeso (29.7%) y obesidad (16.8%). Cabe señalar que la mayoría de la muestra que se recolectó fue de la unidad Chetumal con más del 50% de participantes, y dentro de las áreas de estudio con mayor participación fueron las Ciencias Económico-Administrativas con un total de 290 estudiantes. Adicionalmente, el rango de edad que predominó en el estudio fue de 17 a 20 años con un 83.6%, lo cual es congruente con la población estudiantil que cursa estudios universitarios.

Tabla 1. Características sociodemográficas de los participantes.

En la Tabla 2, se muestra que la unidad académica de Cozumel como el campus con mayor número de registro de en las vacunas de Hepatitis B, Sarampión y Rubeola, Tétanos y Difteria e Influenza, y la menor en la unidad de Playa del Carmen (p<0.05). En la unidad de Cancún y Playa del Carmena se encontraron los porcentajes más bajos de prácticas de salud respecto a la salud bucal, consejería de accidentes, adicciones y actividad física, asimismo en cuanto a los esquemas de vacunación (p<0.05).

 

Tabla 2. Acciones preventivas de salud en estudiantes universitarios por unidad académica.

 

Por otra parte, se encontraron hallazgos significativos al realizar el análisis de las acciones preventivas de acuerdo con el sexo, ya que las mujeres tuvieron mayor participación en los esquemas de vacunación y las prácticas preventivas respecto a los hombres (p<0.05) (tabla 3).

Tabla 3. Acciones preventivas de salud en estudiantes universitarios por sexo.

En la Tabla 4, se muestra la evaluación de la prevalencia de sobrepeso y obesidad, se observó que la unidad académica de Cozumel presenta la prevalencia más elevada con 56.1%, seguido de la unidad Cancún, Chetumal y Playa del Carmen, presentando diferencias estadísticamente significativas de acuerdo con los resultados de la Chi-cuadrada (p<.01).

  

Tabla 4. Análisis del estado en estudiantes universitarios por unidad académica.

DISCUSIÓN

 

El presente estudio se centró en analizar las acciones preventivas integradas en materia de salud en estudiantes universitarios pertenecientes a las unidades académicas de Chetumal, Cozumel, Playa del Carmen y Cancún de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo en México.

De acuerdo con los resultados del estudio, la CNS constituye una herramienta útil de valoración con enfoque preventivo que cumple con las disposiciones oficiales manejadas a nivel nacional. De los 773 expedientes clínicos revisados y comparados por unidades académicas, se presentó un esquema completo de vacunación contra la hepatitis, sarampión y rubiola en los estudiantes de la unidad Cozumel, en comparación con Playa del Carmen que presentó los porcentajes más bajos en el régimen de vacunación contra la hepatitis (15.4%) y la influenza estacional (15.4%). En el caso de Cancún, el porcentaje de estudiantes vacunados contra la hepatitis, sarampión y rubiola, tétanos y difteria fue de 47.1%, mientras que la vacunación contra la influenza estacional fue del 29.4%. Estos resultados son congruentes con lo encontrado por Mollinedo-Montaño (21) donde cerca del 54.2% de estudiantes mexicanos no presentaban el esquema completo de vacunación. De este modo, es posible notar que la cobertura de vacunación es baja, las causas de incumplimiento y retraso en el esquema primario de vacunación obedece a diversas razones, por ejemplo que el Sector Salud no promueve la cultura de la vacunación en la población, por la cosmovisión cultural y el sistema de valores discrepantes en las comunidades, porque no siempre le corresponde al paciente la aplicación  de los biológicos, o en su defecto, porque las unidades de salud no cuentan con las dosis para su aplicación (12). Por lo anterior, se sugiere revisar con claridad la última reforma a la Ley General de Salud en materia de vacunación, ya que la obligatoriedad tiene consecuencias jurídicas para el sector salud y se impulsa la obligación de los padres y tutores para que los hijos cuenten con el esquema de vacunación completo (22). Del mismo modo, al comparar las prácticas preventivas de salud por unidades médicas, se encontró que los estudiantes pertenecientes a las unidades académicas de Cozumel y Chetumal se apegaron más a las prácticas de salud como salud bucal, salud sexual y reproductiva, prevención de adicciones, prevención de adicciones y actividad física por encima del 60%.

Los hallazgos también demostraron que son las mujeres quienes cumplen en mayor medida con los esquemas de vacunación y el apego a las acciones preventivas de salud, sin embargo, los porcentajes siguen siendo bajos especialmente en la aplicación de la vacuna de la influenza (24.06%), mientras que los hombres presentaron porcentajes mas bajos en esta vacuna (17.33%) y el resto del esquema de vacunación. Esto contrasta con lo reportado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya que indican que, en la región de las Américas, el porcentaje de vacunados contra la influenza estacional cubre un 90% de la población (21)

Adicionalmente, se encontró que son las mujeres quienes presentan mayor apego a las prácticas preventivas de salud y autocuidado respecto a sus compañeros hombres, especialmente en la actividad física (42.3%), salud sexual y reproductiva (34.15%), salud bucal (32.72%), prevención de adicciones (28.97%) y prevención de accidentes (26.64). Aunque el 30% de los hombres declararon realizar algún tipo de actividad física, presentaron porcentaje por debajo del 25% en el resto de las acciones de salud. De acuerdo con la literatura, desde un enfoque de género, el sexo masculino tiende en ocasiones a pasar por alto el cuidado de la salud, al no hacerse revisiones médicas, ya que esto puede cuestionar su “hombría” y resistencia ante situaciones adversas. Por lo tanto, el término “enfermedad” no entra en la categoría de “ser hombre” y esta concepción heteronormativa y heteropatriarcal evita el despliegue de conductas preventivas de la salud (23).

En cuanto al estado nutricional, se encontró una asociación entre el índice de masa corporal y las unidades académicas de adscripción estudiantil, con una prevalencia de sobrepeso del 34.4% en los estudiantes de la unidad académica de Cozumel, seguido de Cancún (34.1%), Chetumal (28.3%), y playa del Carmen con una prevalencia del 13.8%. En cuanto a la obesidad, el porcentaje más alto fue igualmente Cozumel (21.6%), seguido de Cancún (18.8%), Chetumal (15.5%) y playa del Carmen (13.7%). Estos resultados son equiparables con lo reportado en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2018) donde el 24.7% de la población de 12 a 19 años presenta sobrepeso y un 15% obesidad. Estos hallazgos evidencian la necesidad de desarrollar estrategias de acción que permitan un diagnóstico anticipado, así como el desarrollo y fortalecimiento de estrategias de promoción y prevención de la salud en la población joven.

 

CONCLUSIONES

En los estilos de vida saludables se incluyen los principales requerimientos que una persona debe modificar para prevenir alguna enfermedad y sus complicaciones. Resulta importante incidir en las Instituciones de Educación Superior desde la Atención Primaria de la Salud para la promoción de hábitos de vida saludables y la implementación de acciones que contribuyan a mantener una buena salud cubriendo los requerimientos que marcan la Cartilla Nacional de Salud, incluyendo, salud bucal, esquema completo de vacunación, consejería, activación física, buena alimentación, control de glicemias capilares y presión arterial, así como el control del peso corporal.

Los resultados del presente estudio brindan una visión de las acciones preventivas integradas de salud realizadas en la CNS que asumen los estudiantes universitarios de una institución de educación pública en México. Los condicionantes de riesgo como el sobrepeso y la obesidad podrían disminuir si se contara con información oportuna a través de acciones de sensibilización en materia de salud, acompañadas de la consejería, seguimiento nutricional, acciones enérgicas para la salud sexual y reproductiva, vacunación y promoción de la salud en el sistema educativo. 

 

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